Encuentro de Atahualpa con los españoles
Atahualpa y los españoles |
Cuando Francisco Pizarro llegó a Cajamarca el 15 de noviembre de 1532, envió un mensajero al inca Atahualpa y le propuso reunirse en la plaza principal. Francisco Pizarro decidió enviar a un fraile, Vicente de Valverde, junto con un intérprete indígena de nombre Felipillo para hablar con Atahualpa. Al día siguiente, el 16 de noviembre de 1532, el fraile Valverde se presentó ante Atahualpa y explicó a través del intérprete los misterios de la religión católica, y que, debido a su paganismo, el Papa romano había concedido el reino de Atahualpa a los españoles. Atahualpa profesó no entender el sentido de este discurso, y no renunciaría al imperio Inca. Al escuchar esto, el fraile le dio una Biblia a Atahualpa, quien, después de observarla y pasar unas cuantas páginas, tiró el libro al suelo al no entender su utilidad. Atahualpa luego exigió una cuenta completa de la presencia de los españoles en su tierra. En este punto, Pizarro y sus fuerzas decidieron salir a caballo con armas de fuego, lo que provocó que muchos miembros del ejército de Atahualpa huyeran al escuchar los sonidos de artillería y arcabuces. Muchos nativos murieron mientras intentaban luchar contra los españoles que estaban mejor armados. A partir de entonces, Francisco Pizarro fue a buscar al propio Atahualpa, quien estaba protegido por sus fieles nobles que, al final, también fueron capturados por los españoles. Ese episodio es conocido como la captura del Inca Atahualpa.
Prisión de Atahualpa y ofrecimiento del cuarto del rescate
Fue durante este tiempo de cautiverio que Atahualpa dio órdenes para la ejecución de su hermanastro, Huáscar, a quien creía que era un obstáculo para su gobierno del imperio Inca. Atahualpa dio estas órdenes, con la esperanza de evitar que Pizarro ejecutara su amenaza de determinar cuál de los dos tenía mejor utilidad para el cetro de la cultura inca.Cuarto del rescate de Atahualpa
Cuarto del rescate ofrecido por Atahualpa |
El cuarto del rescate consistió en una fortuna total de oro, después de fundirse en lingotes estándar, y antes de la división entre los españoles, ascendió a 1,326,539 pesos de oro, con un valor de 15,500,000 dólares estadounidenses en 1847. Algunos de los artículos más bellos se guardaron para el quinto real del emperador, que incluía jarrones, imitaciones de plantas y animales y una fuente.
Juicio y ejecución de Atahualpa
El inca Atahualpa ahora exigía ser liberado de su cautiverio después de pagar el cuarto de rescate, sin embargo Diego de Almagro exigió la muerte del Inca, por ser necesaria para la paz y el interés de la corona española, aunque Francisco Pizarro y Hernando de Soto se mostraron reacios con la decisión de asesinar al inca. Pizarro finalmente accedió a un juicio, actuando como juez junto a Almagro. Los doce cargos incluían la usurpación de la corona, el asesinato de su hermano Huáscar, el despilfarro de los ingresos públicos, la idolatría, el adulterio y el intento de incitar a una insurrección. Fue declarado culpable y condenado a ser quemado vivo esa noche. El padre Vicente de Valverde firmó la sentencia que afirmaba que "en su opinión, el Inca, en todo caso, merecía la muerte".Atahualpa se dirigió a Pizarro y exclamó: "¿Qué he hecho, o mis hijos, que debería cumplir con semejante destino? Y de sus manos, también, usted, que se han reunido con la amistad y la bondad de mi pueblo, con quien he compartido mis tesoros en el cuarto del rescate, que han recibido nada más que beneficios de mis manos! "
Bautizo de Atahualpa y muerte
Los viajes de Pizarro en la conquista del Perú |
Después de que Atahualpa fue ejecutado, se acercó el final del "Tahuantinsuyo" (Imperio Inca), con la conquista del Perú.
Fuentes:
Prescott, W.H., 2011, La historia de la conquista del Perú.
Waldemar Espinoza, Destrucción del imperio de los incas.
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