San Lorenzo: La primera gran ciudad de los Olmecas

San Lorenzo (también conocido como San Lorenzo Tenochtitlan) es una zona arqueológica de la civilización olmeca, ubicada en el estado mexicano de Veracruz. Junto con la zona arqueológica de La Venta es uno de los dos sitios más importantes de la cultura Olmeca, después de haber tenido su apogeo entre los años 1200 a. C y 900 a. C. El sitio arqueológico de San Lorenzo incluye tres sitios arqueológicos: San Lorenzo, Tenochtitlán y Potrero Nuevo, y es especialmente conocido por varias cabezas de piedra gigantes que se encuentran allí "Cabezas Gigantes Olmecas".

La importancia de San Lorenzo en la cultura Olmeca

San Lorenzo fue la primera gran capital de la civilización Olmeca, ubicada en el actual estado de Veracruz, México. Su relevancia radica en haber sido un centro político, ceremonial y cultural entre los años 1200 a.C. y 900 a.C. Con aproximadamente 13,000 habitantes en su apogeo, este asentamiento se consolidó como la ciudad más influyente de Mesoamérica durante varios siglos.

El sitio arqueológico muestra la capacidad de los olmecas para organizar sociedades complejas, con planificación urbana, ingeniería hidráulica y un sistema de gobierno centralizado. Además, su localización estratégica a lo largo del río Coatzacoalcos le permitió tener acceso a tierras fértiles, lo que fortaleció la agricultura y el comercio.    

Breve historia de San Lorenzo

Actualmente el sitio principal está situado en una meseta a lo largo del río Coatzacoalcos, a 60 km de la costa del Golfo de México. En los tiempos de su apogeo se hallaban en una isla. De acuerdo al investigador Duverger es del período pre-clásico. Richard Diehl distingue tres períodos en la historia de San Lorenzo:

Etapas históricas de San Lorenzo

Período San Lorenzo (1150 a.C. - 900 a.C.)

Corresponde a la etapa de máximo esplendor del sitio, cuando fue la ciudad más importante de Mesoamérica. Durante este tiempo se construyeron la mayoría de los monumentos y el complejo sistema urbano.

Período Nacaste (900 a.C. - 700 a.C.)

Marcado por la disminución de monumentos, esta fase se caracteriza por cambios en la cerámica y transformaciones en la organización social.

Período Palangana (600 a.C. - 400 a.C.)

Contemporáneo a la ciudad de La Venta, muestra la construcción de tumbas y un progresivo debilitamiento de la influencia de San Lorenzo en la región.

Entre 1200 a. C. y 900 a. C. San Lorenzo fue la ciudad más grande de Mesoamérica hasta que ese lugar fue ocupado por La Venta. Hacia el año 800 antes de Cristo, San Lorenzo estaba prácticamente despoblada, pero volvió a poblarse alrededor de los años 600 y 400 a. C y nuevamente entre 800 y el año 1000 d. C.

En contraste con el medio ambiente pantanoso de La Venta, San Lorenzo estaba en el centro de una gran área agrícola. Al parecer, fue principalmente un centro ceremonial de la cultura Olmeca, sin murallas defensivas. Se estima que la población total de San Lorenzo puede haber llegado a 13 000 habitantes.

Organización urbana y vida cotidiana en San Lorenzo

El desarrollo urbano de San Lorenzo revela un avanzado conocimiento en construcción e ingeniería. La ciudad se edificó sobre una meseta de 500 hectáreas, en la que se realizaron movimientos de tierra a gran escala, lagos artificiales y plataformas elevadas para templos y residencias. Uno de los mayores logros de la civilización Olmeca en San Lorenzo fue el sistema de drenaje subterráneo, diseñado con piedras cuidadosamente ajustadas que permitían el control del agua en temporada de lluvias.

Los pobladores de la cultura Olmeca practicaban la agricultura intensiva, cultivando maíz, frijol y calabaza, base de la dieta mesoamericana. Las aldeas se distribuían alrededor del centro ceremonial, reflejando una estructura jerárquica. El arte también fue parte esencial de la vida diaria, desde la producción de esculturas hasta el tallado de jade y obsidiana.

El poder político y religioso en San Lorenzo

La élite gobernante en San Lorenzo combinaba poder político con funciones religiosas, actuando como intermediarios entre los dioses y el pueblo. Los líderes eran representados en esculturas y monumentos que transmitían su autoridad divina. Entre las expresiones más impresionantes de esta cosmovisión destacan las Cabezas Gigantes Olmecas.

Estas esculturas monumentales, talladas en basalto y transportadas desde las canteras de la Sierra de Los Tuxtlas, representan probablemente a gobernantes de la cultura Olmeca. En San Lorenzo se han encontrado al menos diez cabezas colosales, además de tronos y estelas que cumplían funciones ceremoniales y políticas.

El sitio arqueológico de San Lorenzo
Ubicación de los Olmecas
Mapa de la zona arqueológica de San Lorenzo

Es difícil imaginar el aspecto del centro olmeca de San Lorenzo durante su apogeo en el año 900 a.C. El sitio ocupa aproximadamente 500 hectáreas. La meseta fue objeto de movimientos de tierra importantes, incluyendo el llenado de las áreas bajas. Hay varios lagos artificiales, que son objeto de debate entre los arqueólogos. Por lo menos diez cabezas gigantes olmecas y varios tronos formaban alineamientos de carácter ritual.

Actualmente se cree que las cabezas gigantes son representaciones de los gobernantes olmecas. Muchos de estos monumentos se concentran en el altiplano occidental, donde también hay una residencia real llamada el Palacio Rojo y un taller de escultura. Hace algún tiempo, se pensaba que las esculturas de San Lorenzo podrían haber sido mutiladas después de una revuelta que habría puesto fin a la dinastía reinante. La creencia actual es que los olmecas re-esculpían los monumentos antiguos.

El sitio también presenta un sistema de canales de drenaje subterráneos construidos con piedras cuidadosamente colocadas y ajustadas en forma de U, con un inclinación de 2%.

En la fase Nacaste que siguió a la época de apogeo de San Lorenzo no produjeron ningún monumento. Sin embargo, se distingue por un tipo diferente de cerámica. La fase Palangana es contemporánea al centro olmeca La Venta. Se caracteriza por la construcción de una serie de tumbas, se ignora si San Lorenzo dependía de La Venta en aquel tiempo.

El declive de San Lorenzo

A pesar de su esplendor, San Lorenzo entró en decadencia alrededor del 900 a.C. Factores como el cambio en los cursos de los ríos, la pérdida de fertilidad de los suelos y la competencia con La Venta contribuyeron a su abandono. Aunque la ciudad volvió a poblarse entre el 600 y 400 a.C., nunca recuperó su antigua importancia.

El declive de San Lorenzo no significó el fin de los olmecas, sino una transición hacia nuevos centros que continuaron expandiendo la influencia de esta primera gran civilización mesoamericana.

El descubrimiento de San Lorenzo y las cabezas gigantes
Cabezas colosales Olmeca
Cabeza colosal olmeca 

El centro olmeca de San Lorenzo Tenochtitlan fue descubierto y excavado por Matthew Stirling y Drucker en el año 1945. Se encontraron numerosas esculturas, entre ellas cinco de las famosas cabezas gigantes olmecas. Posteriormente, el arqueólogo estadounidense Michael D. Coe retoma las excavaciones en 1964 durante tres años. En 1960, el arqueólogo Alfonso Medellín Zenil encontró en la Sierra de Los Tuxtlas canteras de basalto donde se extrajeron las piedras utilizadas en las esculturas. Mientras que en 1990 Ann Cyphers lideró nuevos proyectos que permitieron fechar restos hasta el 1700 a.C., revelando por dataciones por carbono-14 que San Lorenzo es anterior incluso al centro olmeca La Venta. 
Entre 1990 y 1996, el "Proyecto Arqueológico San Lorenzo Tenochtitlán" permitió a las investigaciones confirmar la existencia de un taller de escultura, residencias reales como el Palacio Rojo y además encontrar numerosas esculturas en la zona arqueológico ubicada en el Área nuclear Olmeca. En mayo de 1994, se descubrió la décima cabeza gigante olmeca en el sitio arqueológico de San Lorenzo. Las excavaciones realizadas por Ann Cyphers permitirán establecer nuevas fechas de carbono-14 (1700 a. C). Estos hallazgos consolidaron la importancia de San Lorenzo como núcleo ceremonial y político de la cultura Olmeca.

Conclusión

San Lorenzo fue más que una ciudad: representó el inicio de la vida urbana en América. La cultura Olmeca, a través de este centro urbano, mostró un dominio avanzado en urbanismo, religión, arte y política, dejando un legado que influenció a todas las civilizaciones posteriores de Mesoamérica. Gracias a sus monumentos, su sistema social y su espiritualidad, la civilización Olmeca consolidó su posición como la “cultura madre” de la región.

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