La cultura Vicús ocupó la zona del alto Piura, en el norte del Perú, y fue descubierta por excavadores clandestinos (“huaqueros”), a fines de la década de 1950, en la zona de Frías, provincia de Ayabaca. En la década siguiente, estudios hechos en la zona del cerro Vicús lograron ubicar el cementerio más extenso de este estilo. Se calcula que durante los años que fue explotado clandestinamente se habrían profanado más de dos mil tumbas, cuyo contenido, más de 40 mil especímenes habría pasado en su mayoría a integrar colecciones en el extranjero.
Vicús aparece como el centro de interacción entre las culturas antiguas de Perú y Ecuador, ya que su uso del color es parecido al de algunos estilos ecuatorianos, y sus ceramios se parecen a los ceramios del Moche temprano.
Ubicación
La cultura Vicús se desarrolló en el actual departamento peruano de Piura, principalmente en tierras altas al pie de los Andes, aunque se relacionó también con la costa y la sierra. Se trata de una zona desértica, pero cuenta con algunos ríos y lagunas que son una importante fuente hídrica para el asentamiento humano y para el desarrollo agrícola, factible también por la abundancia de tierras aptas para el cultivo. Además cuenta con abundantes pastos para el ganado y con bosques para la caza.
Las representaciones de personajes en las piezas de arcilla permiten suponer que en Vicús existía una sociedad estratificada.
Habían nobles ligados al gobierno, soldados, comerciantes, agricultores y esclavos. El investigador José Casafranca en el informe que presentó, se refiere a la Tumba 11 vicus en la que encontró más de un centenar de objetos. Lo más interesante era una corona lo cual hace suponer que el muerto era un curaca. Otros objetos también hacían pensar en la alta clase del difunto por cuanto eran muchas piezas de oro, de plata y cobre con incrustaciones de turquesas. Cuchillos, máscaras, cinturones con lentejue1as, vasos, collares, y pendientes para orejas, labios y nariz.
Los soldados eran sin duda alguna, como en toda sociedad antigua, los que ocupaban el segundo lugar. Los huacos los representan con bonetes especiales que parecen coronas, grandes orejeras como los nobles orejones incas, con una arma defensiva que era el escudo y la macana como arma de ataque.
La existencia de los comerciantes esta dada por las relaciones que por el norte se tenían con los pueblos del sur del Ecuador, y también por los contactos con las culturas que se desarrollaron en Lambayeque y Trujillo. Los comerciantes permitían también que productos marinos, 1legaran hasta Vicús para ser consumidos presumiblemente por las clases pudientes.
La agricultura tuvo que ocupar una gran cantidad de pobladores. En esas labores también participaban las mujeres.
Los esclavos eran sin duda los vencidos en las luchas entre tribu y tribu que no habían sido sacrificados. Se han encontrado numerosos huacos que representan a hombres en cuclillas con las manos amarradas por atrás y una soga al cuello. Algunos de estos huecos se han hal1ado en las islas guaneras frente al litoral piurano y hacen suponer, que los prisioneros eran llevados a esos lugares a realizar trabajos forzados en la excavación del guano, tarea que no era grata a los demás.
En sintesis: La cultura Vicús tenía una organización social compleja, basada en clases sociales formadas por individuos con distinto poder político, social y económico. A juzgar por su frecuente representación en el arte, los guerreros jugaron un papel central en esta sociedad. La existencia de artesanías tan complejas atestigua la presencia de artesanos especializados y de tiempo completo. Seguramente, en la base de la sociedad había una gran masa de campesinos y pescadores.
Economía
La Agricultura fue sin duda la principal actividad económica. Hay numerosas piezas de cerámica que representan frutos de la tierra como calabazas, sandías, melones y zapallos. También frutas como chirimoyas. Así mismo se sembró el pallar, el maíz, la yuca y el algodón. Debido a la temporalidad de las lluvias y por secarse los ríos después de los primeros meses del año, los hombres de Vicús construyeron canales y estanques. El agua de riego ha sido pues durante todo el tiempo, problema para los piuranos. Los cronistas españo1es se admiraron de esos canales hechos a mano que se construían en lo alto de las sierras, de ocho a diez pies de ancho y uno o dos estados de hondos. Los canales construidos en esa época, hasta ahora son utilizados. Como instrumento de labranza usaron una palana que tenía la paleta de cobre y el mango de madera. Para fertilizar la tierra utilizaron el guano que traían de la isla de Lobos. Otra actividades economicas Además de los productos de la tierra, los vicusianos también aprovechaban los productos del mar. Al igual que en el resto del Perú, existía el cuy, un pato nativo y se consumía igualmente carne de ciervos y de sajinos. Los alimentos los colocaban en vasijas de arcilla o en mates le calabaza, como hasta ahora se usan.Se cocían en ollas de arcilla, y el agua lo mismo que la chicha, se guardaba en vasijas de gollete largo y angosto como las cantarillas, que hasta hace poco se usaron. En ellas los líquidos se conservaban frescos. En sintesis:Los Vicús eran principalmente agricultores. Para esta actividad desarrollaron complejos sistemas hidráulicos con colectores de aguas lluvias y canales para irrigar los campos. Cultivaban calabazas, zapallos, maíz y algunos frutos, como puede derivarse de la decoración de su cerámica. La agricultura era complementada con ganadería, caza y recolección de aves y fauna, tanto del interior como de la costa. En los roqueríos de esta última, obtenían guano para usarlo como fertilizante.
Manifestaciones culturales
Vicús pasó por tres etapas en su desarrollo:
Etapa Chavín;
Etapa de desarrollo regional y
Etapa de influencia Mochica.
La Cerámica Vicus
La cerámica Vicús destaca, principalmente, por su decoración modelada, que plasma diversos aspectos de su vida. Por un lado, refleja la fauna local, como ciervos, roedores, felinos, monos, patos, loros, lechuzas, iguanas y serpientes. Algunas veces estas representaciones contienen las características de dos o más animales, lo que alude al carácter mítico de estos seres. Por otro, son comunes también las vasijas que representan a seres humanos en distintas actitudes o actividades, tales como guerreros, tejedoras o personajes con atuendos singulares que han sido interpretados como sacerdotes. Dentro de estas vasijas destacan aquellas donde se modelaron personajes en actitudes eróticas, quizás relacionados con creencias sobre la fertilidad.
Los Vicús desarrollaron en metal una gran cantidad de artículos para el adorno personal, como orejeras, máscaras, narigueras, cuentas de collar, láminas, coronas y tocados con lentejuelas y plumas que producen sonidos con el movimiento, además de sonajeras propiamente tales. Muchos de estos artículos eran adornados con motivos antropomorfos, zoomorfos, geométricos e híbridos. La música desempeñaba un importante papel en la vida ritual de los Vicús. Se expresaba en distintos ámbitos de su cultura y, muy especialmente, en sus ritos funerarios. En los ajuares mortuorios se ha encontrado una importante cantidad de instrumentos, tales como tambores de cerámica, flautas o botellas silbato. En la cerámica, los músicos tocando antaras son una de las representaciones más comunes, apareciendo muchas veces en temas que aluden al rituales funerarios. Las tumbas eran tubulares y muchas en forma de bota, con una cámara en la parte más profunda. Allí depositaban los cuerpos acompañados por ajuares de distinta riqueza según la jerarquía del difunto, quien, aparentemente, en muchos casos era incinerado.
Crónicas sobre las religiones en el antiguo Perú
Garcilaso explica que : "Los indios de la costa creían que la tierra flotaba sobre el mar, y que al atardecer el sol se retiraba a descansar en 1as aguas, pero a causa de su gran fuego y calor secaba parte de las aguas. Creían también que el Sol era un gran nadador que se zambullía en el agua y aparecía por el otro lado". El cronista Fray Gregorio García, en su obra “Origen de los Indios”, relata una leyenda que también había a recogido Betanzos, según la cual, Viracocha recorrió el Perú de un extremo al otro, avanzando hacia el norte, y tras de pasar por la región de Piura, llegó a Puerto Viejo y se metió en el mar. El cronista Sarmiento también refiere la leyenda de Viracocha y de sus arribo por tierra a Puerto Viejo y Mantas, en donde ingresó al mar caminando sobre las aguas con dos criados, como si fuera espuma. Los cronistas Herrera y Cieza de León hablan de dos Viracochas y que uno de ellos habría llegado al norte.
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