
Los árabes quedaron reducidos solo al reino de granada,ultimo baluarte del poder musulmán fue una guerra que no tuvo tregua durante casi siete siglos, con una frontera incierta, movediza, que avanzaba cuando tenía la oportunidad de tomar una ciudad estratégica, y retrocedía cuando se reorganizaba el Al-Andalus.
La Reconquista comienza con la rebelión iniciada por Pelayo y los astures en el 718 y la batalla de Covadonga en el 722, y termina en Granada en 1492.
La sociedad en tiempos de la Reconquista
Las tierras reconquistando benefició a la nobleza guerrera que fue acumulando grandes posesiones que dedicarían sobre todo a la ganadería. Había musulmanes que permanecían en los territorios cristianos. Se los llamaba mudéjares y se dedicaban a la agricultura y a la pequeña industria. También era numerosa en estas zonas la comunidad judía que se dedicaba al comercio, los préstamos y al artesanado. Los musulmanes y los judíos eran tan numerosos en algunas zonas como los cristianos.
Dos grandes reinos cristianos están ya formados y asentados: Castilla y Aragón. En 1469, el casamiento de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla logra unificar la península, aunque cada uno mantendrá el reinado sobre sus regiones de origen. Los "Reyes Católicos" incorporaron Navarra y culminaron la reconquista con la toma de Granada el 2 de enero de 1492, el mismo año del viaje de Colón.Estos hechos determinan el fin de la Reconquista en la España peninsular.
El Cantar del Mio Cid
En la reconquista surge el Personaje del Cid campeador (Rodrigo Diaz de Vivar) inmortalizado en el cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del Caballero castellano Rodrigo Diaz de Vivar. Se trata de la primera obra narrativa extensa de la literatura española en una lengua romance.
Rodrigo Díaz de Vivar, llamado El Cid Campeador; Vivar, actual España, h. 1043 - Valencia, 1099) Caballero castellano. Hijo de Diego Laínez, descendiente del semi legendario Laín Calvo, quedó huerfano a tierna edad y fue educado junto al infante Sancho, hijo del rey Fernando I de Castilla y León, quien, al acceder al trono castellano, lo nombró alférez real (1065). Hacia 1066, el prestigio de Rodrigo Díaz se vio notablemente incrementado a raíz de su victoria en el combate singular que mantuvo con el caballero navarro Jimeno Garcés, para dirimir el dominio de unos castillos fronterizos que se disputaban los monarcas de Castilla y Navarra; el triunfo le valió el sobrenombre de Campeador.
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